martes, 2 de agosto de 2011

De Mendiguren contra Biolcatti y a favor del modelo "clientelar"

Ignacio De Mendiguren, Presidente de la Unión Industrial Argentina rechazó los planteos de Hugo Biolcatti, Presidente de la SRA, y advirtió "Nadie quiere un cambio de modelo"


Defendió de esta manera a un anquilosado sector de la dirigencia y el funcionariado industrial (no todos por supuesto) incapaz de sobrevivir sin subsidios, protección arancelaria y negocios a medida prohijados al calor viajes compartidos con funcionarios oficiales más fáciles de seducir que un cliente exigente en un mercado global.

Este dirigencia permanece mientras los gobiernos cambian. Renuente a la competencia, ineficiente para lograr estándares internacionales de productividad pero hábiles para obtener una fabulosa rentabilidad transitando pasillos oficiales, mantiene a la Argentina aislada mentalmente.

Gestionando con criterios y principios tribales, la "patria contratista" y el "management de la prebenda" sigue bregando por un mundo de utilidades sin riesgo a costa de los consumidores y de otros industriales, empresarios y profesionales que por elegir el camino de la competencia, el mercado y la dignidad no cuentan con el favor oficial y son agobiados por una "opresión” impositiva feroz que discrimina entre hijos y entenados.

De Mendiguren (parte de la comitiva empresarial que acompañó a la Presidente Kirchner en su visita a Brasilia) agregó (casualmente durante el viaje) que quienes quieren un cambio de modelo quieren revivir la antinomia "campo - industria". La sola verbalización del concepto pone en evidencia el atraso conceptual en que vive cierta dirigencia. Quienes somos proveedores de maquinaria o servicios al agro nos preguntamos ¿De qué lado estamos en este caso?

Quien haya visitado La Rural de Palermo, Expoagro o Agroactiva sabrá que el agro produce, incorpora, consume y financia desarrollo tecnológico, industrial y científico de punta donde es imposible separar actividad primaria, secundaria y terciaria.

Genética, maquinaria, dispositivos electrónicos de monitoreo satelital, sistemas de almacenaje, servicios agronómicos y veterinarios desarrollados por mano de obra, capitales e ingeniería nacional (como en ningún otro sector) dan cuenta de ello. Ningún dirigente agropecuario quiere revivir la antinomia campo e industria por la sencilla razón que es imposible en los hechos y una contradicción en los términos.

Resulta cuanto menos dificultoso separar un monitor de siembra variable desarrollado y fabricado en una pequeña localidad agropecuaria por descendientes de productores del servicio de mapeo georeferenciado; del tractor y la sembradora; del productor y del tractorista; del biotecnólogo y del ingeniero agrónomo; del agronoegocio que lo comercializa y del taller mecánico que lo instala brindando el servicio post venta.

El campo está minado de modernas y fantásticas máquinas herramientas con dos o tres años de uso . Bien sabemos por otro lado, que muchas industriales de la política gustan "asombrar" a nuestra ingenua Presidente exhibiéndoles tornos de control numérico de 20 años adquiridos en los 90, fabricados en cualquier parte menos en Argentina, presentándoselos como la octava maravilla.

La única antinomia que existe e irrita es entre empresas competitivas y empresas prebendarías. Entre quienes viven o se enriquecen con su esfuerzo y quienes lo hacen con el ajeno. Entre empresarios genuinos que elijen insertarse en el mundo y quienes prefieren seguir usufructuando de un modelo -capitalismo de amigos- beneficiándose con subsidios directos, indirectos (como los destinados al consumo, al transporte y a la energía) e implícitos (como las retenciones y los cierres de importación que convierten al agro en proveedor forzoso de insumos y alimentos baratos que financian –Estado mediante- los costos y la ineficiencia de hombres de negocios que presumen de industriales).

Incapaces de competir con sus pares, ya no de Australia o Canadá, sino de Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia o Uruguay muchos dirigentes empresarios (¿empresarios?) que nos avergüenzan y no nos representan siguen necesitando del Estado para beneficiarse con una monumental transferencia de ingresos del sector agropecuario eficiente a sus ineficientes industrias (¿industrias?).

El precio es conocido: necesitan “colaborar” con el discurso oficial compitiendo con 678, Víctor Hugo y Duro de Domar alimentando la "superestructura ideológica de la mentira" que mantiene a la Argentina sumida en la ignorancia y fuera del mundo.

Si Sarmiento volviera, es muy probable que no elegiría un paraje de San Francisco del Monte para ahuyentar la ignorancia y enseñar las primeras letras a los lugareños. Seguramente elegiría esperar a las puertas de alguna Cámara Empresarial a sus dirigentes.

Civilización o Barbarie sigue siendo la cuestión.

Gabriel Vénica
gvenica@uade.edu.ar
11 15 6694 8893

1.- (http://www.asteriscos.tv/noticia-37069.html) 29/7/2011. El presidente de la Unión Industrial Argentina, Ignacio de Mendiguren, replicó al titular de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, y afirmó que "nadie quiere en la Argentina un cambio de modelo, será algún sector que quiera revivir la antinomia campo- industria". De Mendiguren destacó además la conformación del Foro Empresarial Argentino-Brasileño y expresó su expectativa de que "el sector privado también pueda aportar a esta relación bilateral que tiene que ser cada vez más profunda". El titular de la UIA formuló estas declaraciones a los medios desde el Palacio del Planalto, como parte de la comitiva empresarial que acompaña a la presidente Cristina Kirchner en su visita a la capital brasileña.

2.- Si las modernas máquinas no están en todos los campos es sencillamente porque las retenciones que financian un vergonzoso capitalismo de amigos hacen imposible al pequeño productor adquirirlas. En los últimos años han desaparecido 60.000 productores, 6.000 tamberos.

3.- Las fotos en los medios son mudos testigos