sábado, 11 de diciembre de 2010

Seis Mentiras para destruir a la familia tradicional (Publicado en "Periodismo de Verdad"

http://www.periodismodeverdad.com.ar/2010/07/12/6-mentiras-para-destruir-la-familia-tradicional-por-gabriel-venica/

Son conocidas las opiniones vertidas por el público progresista en foros, encuestas o investigaciones en relación al matrimonio. Casi unánimemente han opinado desde hace años que es una institución anacrónica, obsoleta, antinatural, invento de la Iglesia Católica, destinada a desaparecer, etc…

Hoy este mismo público ha devenido en “fanático defensor del matrimonio homosexual”.

Preste mucha atención. Lo que buscan es destruir la familia…

PRIMERA MENTIRA: “CONSIDERAMOS IMPORTANTE PODER CASARNOS”

¿No se trataba de una Institución obsoleta, anacrónica, antinatural?

Esta inconsistencia lleva a sospechar que no promueven el matrimonio homosexual porque “creen en la importancia de la institución”. Lo promueven porque “la odian” o al menos porque de esta manera ofenden tradiciones occidentales judeo cristianas que le resultan “despreciables”.

Promover el matrimonio homosexual es la mejor manera de desnaturalizarlo, destruirlo, degradarlo.

Promover la unión civil es una burla a miles de personas que han convivido como amigos, vecinos, hermanos sin reclamar derechos especiales.

SEGUNDA MENTIRA: “HAY DERECHOS QUE QUEDAN SIN TUTELA…”

Cualquiera de los derechos de los homosexuales que “supuestamente” quedan sin tutela pueden ser protegidos por una infinidad de instrumentos jurídicos sin necesidad de llegar al matrimonio ni a la Unión Civil. De la misma manera que hoy la mayoría (sino todos) los derechos de los hijos extramatrimoniales son protegidos sin necesidad que los padres “se casen”.

Si estos instrumentos no existieran se pueden crear. En efecto se pueden extender los beneficios de una obra social (como de hecho ya lo está haciendo la jurisprudencia); se puede reformar la ley de sucesión; se pueden reconocer pensiones sin necesidad de “matrimonio”. De manera muy simple, sencilla e infinitamente menos traumática y polémica que la actual.

TERCERA MENTIRA: “HAY NIÑOS EN LA CALLE QUE NECESITAN PADRES…”

Los niños de la calle no están en condición de ser adoptados y la mayoría tiene padres. Su problema es otro. Viven situaciones familiares y culturales complejas que dificultan o impiden la adopción. De poder ser adoptados existe una interminable lista de espera de padres dispuestos a hacerlo (no faltan).

Lo mismo pasa con los recién nacidos. Lo que menos escasea son personas que quieren adoptar. Cualquier padre adoptivo debe esperar años para que le asignen un niño. Y debe superar para lograrlo muchísimas trabas burocráticas. Esta es la legislación que debe ser modificada. No la del matrimonio.

CUARTA MENTIRA: “DISCRIMINACIÓN”

No existe discriminación cuando se trata igual a los iguales y desigual a los desiguales. Así ha sido establecido por una larga jurisprudencia, no sólo en nuestro país. El último fallo de la Corte Suprema de la Unión Europea lo ratificó frente a una pareja homosexual austríaca que demandó a su país que les impedía el matrimonio.

Paradójicamente la nueva ley que se intenta promulgar en Argentina (al romper con el requisito de la heterosexualidad monogámica en el matrimonio) es la que termina discriminando:

Discrimina a los “bisexuales” a los que no les permite casarse con sus dos amores.

A los hombres polígamos… A las mujeres polígamas…

A los homosexuales polígamos

A los Swingers…

Ninguno de los cuales, a pesar de estar sus prácticas sexuales encuadradas dentro de lo que se considera permitido, podrá casarse ni “unirse civilmente”. La poligamia, por ejemplo, tiene una raigambre y a aceptación cultural anterior a las parejas homosexuales.

La nueva ley permitirá que puedan considerarse discriminados pedófilos, necrófilos y zoófilos, los cuales, si bien sus prácticas resultan aberrantes, podrán alegar, basados en las premisas de la “ideología de género” que hoy sustenta al matrimonio o la unión civil homosexual, que “no existe el sexo masculino y femenino”, “que la sexualidad es una construcción cultural”, y que por tanto cualquier tabú o prohibición también es cultural” y debe ser superada.

Vale aclarar que en varios países north europeos los “pedófilos” ya tienen representación parlamentaria. Valga esto para mostrar que cuando se rompen los límites que la humanidad tardó milenios en construir, no es tan fácil establecer nuevas fronteras.

Por supuesto esta ley discrimina también a quienes viven juntos sin ser homosexuales: dos hermanos, un hijo que quedó en la casa paterna a cuidar de sus padres, amigos que conviven. Ninguno de los cuales tendrá los beneficios de una pareja homosexual por la simple razón de no mantener relaciones (un verdadero dislate jurídico que consagra la más flagrante de las contradicciones y que muestra a los extremos que llega esta ideología profundamente sexista, aunque afirma no ser sexista).

QUINTA MENTIRA: SOY LIBERAL (Mentira del “progresismo de derecha”)

1.- Si hay algo que un genuino liberal no debiera propiciar son mayores intromisiones del Estado. Los liberales medianamente coherentes no querrían que el Estado se inmiscuya en nada; menos en cuestiones de “alcoba”.

Por muchos años fue así. Hasta la ley de matrimonio civil esta era una cuestión religiosa que cada quien formalizaba según sus ritos y creencias. El Estado ni casaba, ni divorciaba. Aún hoy en varios países desarrollados el Estado sólo “reconoce” el matrimonio religioso. Pero este sigue siendo una institución religiosa.

2.- Es cuanto menos peligroso que en nombre de la libertad se promueva un relativismo filosófico, moral y cultural donde “todo” puede ser impugnado, relativizado y desnaturalizado (ya hemos visto lo que pasa cuando esto ocurre con la propiedad privada, por ejemplo).

La libertad requiere un consenso básico sobre determinadas instituciones, derechos y valores que deben ser aceptados como condición de supervivencia de esta misma libertad, a saber: la propiedad privada, la igualdad ante la ley, el monopolio de la sanción ejercido por el Estado, una justicia independiente, una Constitución Nacional que asegure la vigencia del Estado de Derecho.

3.- En este mismo sentido es insólito que en nombre del liberalismo se proponga que el Estado Nacional viole nuestra Carta Magna la cual al adhiere a los Tratados de Derechos Civiles y Políticos y a la Convención Americana de Derechos Humanos reconociendo al matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, sin hacer referencia alguna a engendros tales como la “unión civil” o similares.

4.- Por último, el liberalismo es unánime en lo económico donde una prolífica producción científica y bibliográfica han probado las ventajas del libre comercio y la defensa de la propiedad privada, pero dista muchísimo de haber logrado consenso y ventaja académica en cuestiones culturales y sociales; ámbito en el que, por el contrario, buena parte de los “liberales” son “conservadores” (los “Republicanos” de USA, por ejemplo).

Es más, remontándonos al padre del liberalismo (Adam Smith) este resultó ser nada menos que un filósofo moral puritano a quien le hubiera resultado inimaginable y repulsivo lo que hoy estamos planteando.

SEXTA MENTIRA: “QUEREMOS LA IGUALDAD”

(Fuente: “La Falacia de la igualdad” de la Dra. Marilina Hotton)

La nueva ley, de hecho, crea de hecho más “desigualdades” que las que supuestamente subsana:

a) Viola la igualdad ante la ley en detrimento de las “mujeres” que son borradas del código civil en tanto madres y esposas sustituyéndose el vocablo “madre” y el de esposa por “contrayente”…

Con este atentado terminológico contra natura se promueven todo tipo de inequidades y “disparates” jurídicos. Algunos ejemplos:

El artículo 3576 bis del código civil reconoce derecho sucesorio de la nuera viuda sin hijos, que hereda a sus suegros. ¿En un matrimonio o en la unión civil de dos mujeres el beneficio sucesorio recaería en ambas cónyuges, en una, en las dos? Cualquiera sea la respuesta se entra en la “discriminación” o en el “desorden”.

En el caso de “matrimonio o unión civil entre mujeres” ellas tendrán plena libertad para elegir el apellido de sus hijos y de la familia que quieran formar, lo que no ocurre con las mujeres heterosexuales casadas.

b) Viola la igualdad ante la ley en detrimento de los padres varones heterosexuales.

El artículo 206 del Código Civil, establece que en caso de separación o divorcio, los padres heterosexuales que tengan hijos menores de cinco años no obtienen la tenencia de aquellos, sino que queda en manos de la madre, salvo causas graves. Los homosexuales en cambio podrán obtener dicha tenencia en uno de ellos, en una clara discriminación y desigualdad sobre los padres heterosexuales.

c) Viola la igualdad ante la ley en detrimento del niño. Es más, se violan “los derechos del niño no sólo la igualdad ante la ley”.

Vélez Sarsfield, la doctrina, la Jurisprudencia y todos los legisladores hasta el día de hoy no tuvieron dudas en la necesidad de una madre para la crianza de un niño menor de cinco años.

La especialista Dra. Marilina Hotton, cuyo artículo acompañamos, se pregunta:

“¿Qué hacemos con esta teoría, que hacemos con la Doctrina, la Jurisprudencia y los fallos que con la ayuda de especialistas psicólogos hasta hoy deciden por la permanencia del menor con su madre, con aquellos fallos que indican que la maternidad es absolutamente necesaria para un menor de cinco años? ¿Es todo mentira? hagamos borrón y cuenta nueva y digamos ahora que todo aquello no fue válido y que dos hombres pueden cuidar a un niño pequeño sin afectar su identidad”

“¿Qué hacemos con la Doctrina, la Jurisprudencia y los fallos que con la ayuda de especialistas psicólogos hasta hoy deciden que el régimen de visitas por parte del padre es absolutamente necesario y que el mantenimiento de la relación paterna es vital para el normal crecimiento de los niños? ¿Es todo mentira? hagamos borrón y cuenta nueva y digamos ahora que todo aquello no fue válido y que dos mujeres pueden cuidar a un niño pequeño sin afectar su identidad.

Llama poderosamente la atención que multitud de psicólogos/as que “en nombre de la ciencia” han sido unánimes en sostener la importancia incuestionable que, salvo causas graves, el niño hasta los 5 años esté con la madre, y que se asegure el régimen de visita del padre, hoy consideren “en nombre de la misma ciencia” que resulta irrelevante que el niño se críe con “dos padres varones” o “dos madres mujeres”.

d) Se viola la igualdad ante la ley en detrimento de los matrimonios heterosexuales adoptantes.

La Dra. Marilina Hotton antes citada nos recuerda lo siguiente:

“El artículo 315 del Código Civil, que en lo referente a la adopción expresa que los matrimonios que quieran adoptar deberán esperar tres años para hacerlo o demostrar su imposibilidad para procrear. Con la nueva ley el matrimonio homosexual, quedaría en capacidad de salir del registro civil y ese mismo día inscribirse en el Registro de adoptantes. Al no tener que demostrar –como se les exige a los matrimonios heterosexuales que aspiran a una adopción- una imposibilidad para procrear tendrán prioridad sobre los matrimonios heterosexuales.

"Compadezco al magistrado o magistrada que decida por la opción heterosexual, pues padecerá de numerosas denuncias ante el INADI por discriminación.

e) Viola la igualdad ante la ley de los niños adoptados en relación a los no adoptados.

Las carpetas para adoptar de los “Matrimonios homosexuales, gays, lesbianas, bisexuales y transexuales” llegarán primero y serán merecedores de pleno derecho a la adopción en tanto “matrimonio”…

Entonces el instituto de la adopción se transformará en el proveedor de hijos de los matrimonios de un solo sexo, discriminando a los hijos adoptivos (que tendrán en general padres del mismo sexo) con los hijos no adoptados.

El 13 YO VOY AL CONGRESO. CUESTA MUCHO MANTENER INSTITUCIONES. ES MUY FÁCIL DESTRUIRLAS…

Gabriel Vénica
gvenica@uade.edu.ar

Para Clarín: SEGMENTACION VERDAD A MEDIAS

Texto completo publicado en Clarín


¿Defendemos a los pools o a los pequeños y medianos productores? “El 20% de los productores produce el 80% del cereal. No segmentar implica favorecer a este 20%”. “Queremos una agricultura con agricultores” reclaman los partidarios de la segmentación..

“Esta es una verdad a medias” contestan otros.

En una mediana o gran empresa agropecuaria concurren multitud de socios, inversores, contratistas, prestadores de servicios. La diferencia con un productor pequeño o mediano es que han elegido trabajar de manera asociada y no individualmente. Aunque en la estadística figuran como un solo productor son en realidad muchos productores.

“Somos 4 hermanos en 200 hectáreas propias y 2000 alquiladas en el Chaco y crecimos gracias a nuestra voluntad por trabajar “unidos” (no segmentados) y a algunos amigos inversores que creyeron en nosotros ¿Qué somos? ¿Electricistas?” Se queja un productor chaqueño.

Hace 80 años el agricultor sembraba con la semilla que había guardado del año anterior, a mano o ayudado por caballos y bueyes que el mismo había criado, “carpía” la maleza caminando, cosechaba manualmente, afilaba las rejas en su herrería, llevaba al acopio en su propio “cachapé” y no tenía Contador.

Hoy la producción agropecuaria es un complejo sistema en el que se dan cita en una sola chacra distintos contratistas entendidos en sembrar, cosechar, fumigar; servicios agronómicos varios, especialistas en agricultura de precisión que a partir del mapeo georeferenciado hecho por la cosechadora realizan la prescripción de siembra en una computadora ajustando la cantidad según los nutrientes del suelo, los rindes de años anteriores y la decisión agroeconómica del productor. Concurren además transportistas, mecánicos, electricistas, instaladores de monitores de siembra y GPS (con los que una sembradora variable dosifica automáticamente según la prescripción realizada en la PC).

Las grandes empresas y los productores vanguardistas asociados a los grupos CREA, suelen innovar. Por poco tiempo. Rápidamente lo que fue una novedad se transforma en la norma.

En este sentido, la segmentación desalienta las principales herramientas que necesita el pequeño productor para dar un salto tecnológico inevitable y permanente: la asociatividad, la organización de la producción en empresas familiares que eviten el minifundio y la captación del más escaso de los recursos: la financiación; en un país donde el crédito destinado al sector productivo no llega al 11% del PBI (contra el 18% en Africa; el 31% en América Latina; el 74% en Europa; y el 77% en Asia)

Brasil sin segmentación, sin retenciones, sin cierres de exportación, con presencia de grandes pools de siembra, duplicó la cantidad de pequeños productores en los últimos 10 años.

“La segmentación conspira contra la asociatividad, la voluntad de crecer, la organización familiar de la producción, es fuente de corruptelas y técnicamente inaplicable”. Esto dice el “Manifiesto de Salto”: la proclama de los pequeños y medianos productores “autoconvocados” (protagonistas indiscutidos de la gesta agropecuaria del 2008).

“La segmentación es una herramienta que atrasa” repiten a coro estos pequeños y medianos productores para quienes la protección es la protección a la ineficiencia y la pereza”.

Gabriel Vénica
gvenica@uade.edu.ar
Colaboración para Clarín Rural

Para Clarín: DEJAR HACER SIN SEGMENTAR

     Texto completo publicado en Clarín

"Grobocopatel compra otro molino harinero. Las mismas retenciones para vos y para Los Grobo? ¿Es justo? ¿Podés competir con ellos?" Preguntaba un email surgido de un conocido dirigente agropecuario que promueve retenciones "segmentadas". La pregunta desató una polémica en varios de los vibrantes foros agropecuarios que existen en Internet. Es conocido el hecho que los pequeños y medianos productores autoconvocados quieren la eliminación lisa y llana de las retenciones para todos sin segmentación y así lo han hecho saber en tres Asambleas Nacionales.

La frase de la polémica encuadra dentro de un sofisma conocido como "falacia de la pregunta tramposa", que consiste en hacer varias preguntas en una sola dando por hecho un nexo causal entre ellas. En este caso el sofisma es acompañado además de una premisa falsa.

¿Cual es la premisa falsa? La frase: "Las mismas retenciones para vos y para Los Grobbo". Aquí se confunde la alícuota con el volumen. Grobbo y un pequeño productor pagan la misma alícuota, el mismo porcentaje, pero no pagan las "mismas retenciones". Quien produce 1000 toneladas de soja paga el 35% de 1000 toneladas; quien produce 100, paga el 35% de 100. En conclusión, no pagan lo mismo. Pagan "proporcionalmente" lo mismo, pero no cuantitativamente lo mismo. Es lo que establece la Constitución en su artículo 4 (los impuestos que "proporcionalmente"...). Es verdad que Marx en el Manifiesto Comunista fustiga los impuestos proporcionales y dice que deben ser "progresivos" como forma de destruir al capitalismo. Pero este es otro tema.

¿Es Justo que Grobo pague lo mismo? Es una pregunta mal hecha. No paga lo mismo. Debiera ser ¿Es Justo que Grobo y un pequeños productor tengan la misma alícuota como lo prescribe la Constitución Nacional y no una alícuota progresiva como lo propone Karl Marx? Puede haber media biblioteca para ambos. En mi caso prefiero que las retenciones no existan para nadie, porque estaríamos consagrando un impuesto discriminatorio para la actividad agropecuaria y el interior y siendo incoherentes con los principios y valores expresados en el 2008.

¿Podes competir con ellos (con Los Grobbo)? Es una tercera pregunta, que en el contexto de la frase sugiere que las retenciones deben ser segmentadas. La pregunta y su sugerencia implícita conlleva varios supuestos indemostrados

El primer supuesto indemostrado es que la dificultad para competir con GROBO deviene de la falta de retenciones segmentadas y no de otros factores (retenciones confiscatorias a todo el sector que han aniquilado al productor marginal; relaciones privilegiadas con el Estado Argentino o Venezolano; exenciones impositivas; subsidios directos e indirectos a la actividad molinera, la escala que lejos de disminuir se acentuará con la segmentación)

El segundo supuesto indemostrado es que existe un nexo causal necesario y excluyente entre la falta de alícuotas progresivas (retenciones segmentadas) y la imposibilidad de competir.

Pregunto: ¿En que perjudica a un productor de 100 hectáreas en campo propio el hecho que Grobbo tenga o no tenga las mismas retenciones? Obviamente, en nada.

¿En que perjudica a 20 pequeños productores que se asocian para alquilar campos y que quieren progresar el hecho que una gran empresa agropecuaria tengan las mismas retenciones? Nuevamente, en nada. Por el contrario, las retenciones segmentadas sí perjudicaría a los pequeños productores asociados desalentando su voluntad de mantenerse unidos y crecer. En cuanto produzcan mas de cierta cantidad tendrán retenciones; con lo que preferirán evitar la incorporación de moderna tecnología de gestión asociativa (integración horizontal blanda, compra cooperativa, contrataciones cruzadas de servicio, etc..) o caerán en la elusión impositiva atomizando simuladamente la personería jurídica.

¿En que perjudica a un productor chico que quiere alquilar pero sin asociarse el hecho que un gran productor tenga las mismas retenciones? Puede haber un perjuicio en el hecho que posiblemente subirá el precio de los alquileres de los campos (lo que beneficiara a los dueños de campos). Vale aclarar que cada día se escucha con mas frecuencia que "los que pagan cualquier cosa por alquilar un campo" no son necesariamente grandes empresas agropecuarias sino productores medianos que han tenido una buena cosecha el año anterior y "se vuelven locos" al decir de un productor.

En definitiva, la segmentación puede llegar a beneficiar a algunos productores chicos (el que sale a alquilar sin asociarse y sin una gran voluntad por crecer) perjudicar a otros (los que quieren crecer asociándose y los productores de zonas marginales que requieren escala) es neutra para otros (el que trabaja en campo propio) y nefasta para el conjunto (mayor burocracia, menor cantidad de dinero en manos privadas, mayor en manos públicas, desaliento a la asociatividad y a la voluntad de crecer, tentación de corruptelas, clientelización del productor, etc...)

Volviendo a la pregunta: ¿Podes competir con ellos? Mi respuesta es la siguiente:

POR SUPUESTO. A condición que el Estado no interfiera burocratizando, dirigiendo, compensando, subsidiando, segmentando y me permitan "elegir que hacer y que no hacer", "asociarme" e "incorporar tecnología".

Para incorporar tecnología necesito imperiosamente que no segmenten las retenciones porque al precio actual de la maquinaria y los servicios agronómicos un productor sólo puede acceder a la misma a través de fórmulas contractuales y asociativas.

Este es el desafío... Caso contrario la idea del "pequeño productor de rostro humano" quedará como una idea romántica que sólo encontraremos en televisión viendo "La Familia Ingals".

Gabriel Vénica
gveniva@uade.edu.ar

Para Clarín ¿PARA QUE SE QUITA SI DESPUES SE DEVUELVE?





Texto completo publicado en Clarín - Gabriel Vénica



“Cliens, clientes” era el nombre que en la antigua Roma identificaba al plebeyo que estaba bajo la protección y cuidado de un Patricio, a quien debía escuchar, seguir y obedecer”.

Con la caída del Imperio Romano y la desaparición de Patricios y Plebeyos la palabra pasó a designar a cualquiera que estuviera bajo el cuidado o protección de otro (generalmente un Profesional, por ejemplo un médico).

Con el advenimiento del Capitalismo y la moderna economía de mercado la palabra se reservó para el usuario de algún producto o servicio.

El término cliente perdió gran parte de su sentido originario. No se espera que el cliente de alguien deba ser obsecuente con su proveedor como ocurría en el Imperio.

Por otro lado, sin embargo, nos encontramos con una sorpresa. En la práctica política argentina la palabra recuperó su antiguo esplendor con una ligera variante en cuanto al nombre que reciben el cliente y su protector. No se denomina cliente al plebeyo bajo la protección de un Patricio, pero sí al ciudadano común que está bajo la protección de un político, a quien, como en la Antigua Roma, escucha, sigue y obedece a cambio de “cuidados, favores, prebendas (en definitiva protección)”.

Nuestra sociedad se ha clientelizado en los términos romanos, en todos los sentidos.

Tenemos entre los clientes a los punteros políticos; a los pobres que dependen de un plan; a muchos empleados públicos o aspirantes a serlo; a artistas que recorren el país y el mundo cobrando jugosas dietas públicas que no percibirían nunca en un recital privado; a periodistas y medios que viven de la publicidad oficial; a hombres de negocios que reciben información privilegiada; a empresarios que dependen de licencias, subsidios o concesiones; a profesionales y gestores que logran sortear engorrosos vericuetos burocráticos en los que otros permanecen enredados…

El plebeyo de la Antigua Roma, devenido hoy en simple ciudadano argentino, vive y respira bajo la protección y cuidado de un patricio visible o invisible (llamado partido, funcionario, legislador o simplemente “contacto con influencias”) a quien escucha, sigue y obedece y llegado el momento “vota”.

La forma de la protección es variada pero responde siempre a un mismo patrón: regulaciones que requieren de un “facilitador” que apure el trámite, permita cobrar el subsidio, acelere la compensación, libere la exportación, bendiga el negocio o asegure el empleo. En definitiva, la presencia de un intermediario forzosos (el Estado y quien lo representa) que dice “pasa” “no pasa”, en medio de un mercado intervenido cuya libertad garantizada por la Constitución se juzga contraria al bien público.

Sólo el campo ha rechazado (al menos hasta ahora y en términos generales) ser sometido a las generales de la ley de la “clientelizaciòn política”. No faltaron, ni faltan intentos: compensación en los lacteos; plan terneros; maíz plus; reintegros en el trigo; subsidios para feed lots, cuyo objetivo es remediar y compensar en parte los perjuicios causados con otras medidas (retenciones, cierres de exportaciones, precios máximos). Pero estos mecanismos clientelizadores fueron y son resistidos por gran parte de los productores genuinos que prefieren la renta legítima a una indemnización compensatoria indigna.

Falta en el sector una “clientelización en masa”, “sistemática” como ocurre con buena parte de la población marginal, los servicios públicos y la industria. Pero no falta “el instrumento” para lograrlo. Esto podrá conseguirse facilmente con la segmentación de las retenciones, donde miles de pequeños productores quedarán a merced del favor oficial para cobrar el reintegro. Sobre todo aquellos productores marginales con papeles que no están en regla, sucesiones no terminadas, deudas con el fisco, dificultades para encontrar “el gestor”, intransigentes con intermediarios que sugieran abonar algún tipo de “peaje” para lograr el objetivo.

Sobran en el kirchnerismo y la oposición entusiastas defensores de este mecanismo que terminaría por someter definitivamente a la última clase productiva argentina a la clase política, cualquiera sea su signo.

Una frase de De Angeli, que muchos pequeños pero dignos productores repiten, expresa mejor que ninguna otra esta resistencia del sector a ser clientelizado, allende el beneficio económico que se les ofrece: “para que me quitan si después me van a devolver”.

Gabriel Vénica