jueves, 19 de agosto de 2010

¿Porque los autoconvocados rechazan la segmentación?


LOS AUTOCONVOCADOS NO QUIEREN LA “SEGMENTACION de LAS RETENCIONES”

Entre otros motivos, porque la segmentación significa:

1.- Convalidar las retenciones como instrumento…
2.- Caer en la incoherencia debilitando y desautorizando los principios y valores
esgrimidos durante el conflicto del 2008
según los cuales las retenciones son un impuesto confiscatorio, anticonstitucional, antifederal, que no ha logrado desacoplar los costos internos de los precios internacionales y no ha defendido la mesa de los Argentinos, sino todo lo contrario.

“Todas estas razones son validas tanto se trate de un pequeño, de un mediano o de un gran productor. No podemos borrar con el codo lo que escribimos con la mano” sostenía un pequeño productor del desfavorecido Norte de Santa Fe.

3.- Discriminar al interior y a la actividad agropecuaria. Gran parte de las grandes empresas agropecuarias, en contra de lo que supone el imaginario colectivo, han surgido en el interior (las cuatro mayores empresas agropecuarias nacionales entre otras).

“Nunca escuche que se segmenten otras actividades pidiendo un 35% de ingresos brutos para las grandes cadenas hoteleras, los restaurantes de Puerto Madero, las terminales automotrices o los hipermercados. En estas actividades también existen muy pequeños, pequeños, grandes y muy grandes en una proporción y con un nivel de concentración muy superior al que existe en el agro… ¿A alguien se le ocurriría cobrar un 35% de ingresos brutos a un hipermercado por el simple hecho que es mucho más grande que un almacén de Barrio? La segmentación avala un prejuicio histórico según el cual sólo se puede ser rico en Buenos Aires o en los centros urbanos” suelen reclamar los autoconvocados cuyo Manifiesto comienza diciendo que pretenden el fin definitivo de cualquier política impositiva discriminatoria contra el agro y el interior.

4.- Darle autoridad a un concepto vago (“renta extraordinaria”) que no tiene rigor académico para fundamentar las retenciones en general, ni la segmentación en particular.

Un productor de Roldán comparaba: “Mis 150 hectáreas valen lo que un garaje de 1.000 metros cuadrados en Rosario, 400 hectáreas en Entre Ríos y 1500 en el Chaco.

La renta sobre el capital del garaje puede superar el 20%, yo no llego al 3% en el mejor año y es mucho menor en Entre Ríos y menor aún en el Chaco. Sin embargo el productor del Chaco, el que más invierte y arriesga y el que menos gana, pagaría retenciones de promulgarse la ley de segmentación propuesta por el agrodiputado chaqueño Orsolini (FAA); yo con mis 150 hectáreas en Roldan podría salvarme y el dueño del garaje ya está salvado”.

5.- Confundir con verdades a medias como aquella que sostiene que “un porcentaje pequeño de productores genera un porcentaje grande de la producción agropecuaria”.

Esta es una verdad a medias por tres razones.

En primer lugar, porque no se tiene en cuenta que en una gran empresa agropecuaria concurren en su conformación una multitud de socios, inversores, contratistas, prestadores de servicios. La diferencia con un productor pequeño o mediano es que han elegido trabajar de manera asociada y no individualmente. Aunque en la estadística figuran como un solo productor son muchos productores.

En segundo lugar porque la relación 20/80 conocida como “principio de Paretto” es una ratio universal en el mundo de la contabilidad y el comercio imposible de torcer legislativamente (siempre vuelve a instalarse con consecuencias cada vez más desastrosas).

En tercer lugar porque un gran productor en zona marginal tiene la rentabilidad de uno mediano en la zona núcleo y uno mediano el de uno pequeño.

“La segmentación para cumplir realmente con su objetivo deberá agregar infinitas variables que llevaran a una complejización tal del control estatal que será más práctico expropiar los campos, estatizar todo y pagar a cada uno un sueldo acorde a su trabajo (y habría que volver a segmentar en este caso …). ”

6.- Desalentar la asociatividad, la conformación de empresas familiares, la voluntad de crecer.

“La segmentación es un impuesto a la eficiencia y un estímulo a la pereza y a la falta de predisposición para asociarse” comentaba un integrante de una familia de productores.

Destruyen la única herramienta que un productor chico tiene para subsistir: la asociatividad y búsqueda de escala. Con 100 hectáreas en cualquier lugar fuera de la zona núcleo es casi imposible contar con recursos para adquirir tecnología adecuada. Una sembradora cuesta alrededor de USD 100.000.

La segmentación promoverá la división de empresas familiares en unidades más pequeñas demoliendo, paradójicamente al mas “socialista” de los instrumentos: la unión, la mancomunación de esfuerzos, la organización cooperativa de la producción (con la segmentación conviene producir poco y perder escala).

7.- Impulsar la “clientelización política” del productor (que va a depender de un funcionario para acceder al beneficio), la burocratización de la actividad (más papeles acceder al beneficio), la aparición de gestores e intermediarios, la corrupción, las “coimiciones” y el desvío de los esfuerzos que hoy se destinan al trabajo.

Todo esto sin perjuicio del crecimiento de costosas estructuras burocráticas de control (ONCCA) para evitar la proliferación de testaferros, que deberán ser solventadas con “más impuestos”. “¿Para qué me van a quitar lo que después me van a devolver”? fue el eslogan más utilizado por Alfredo De Angeli durante el 2008.

8.- Estimular el crecimiento de los pools de siembra.

El negocio de los pools es la escala. A menor margen bruto, buscarán mayor escala y negocios asociados a la misma: compra de insumos, honorarios por asesoramiento, dirección y gestión, servicios agronómicos.

La segmentación no evita el “lavado de dinero” (si existiere). Quien lava dinero no le importa trabajar a pérdida y en todo caso para esto debe aplicarse el Código Penal y las leyes respectivas y no entorpecer toda la actividad agropecuaria. Nunca un sector se desarrolló con intervenciones viciosas del estado.

10.- Generar asimetrías insalvables con nuestros socios del Mercosur, conspirando contra una exitosa integración regional de Argentina y sus productores al descapitalizar a la producción local en relación a sus vecinos. Brasil sin retenciones, sin segmentación, sin cierre de exportaciones y con presencia de empresas agropecuarias que empalidecen a las más grandes de Argentina aumento la cantidad de sus pequeños y medianos productores llevándolos en una década de 400.000 a 750.000 con medidas positivas de estímulo, no con medidas impositivas de desaliento.

Estas asimetrías generarán con el correr de los años descapitalización de la producción argentina, menor aplicación de paquete tecnológico, invasión de capitales brasileros a nuestro país (como ya está ocurriendo en otros rubros donde la “protección” terminó en la venta de la empresa argentina).

Constituyen en definitiva una intervención “viciosa” del estado en nombre de la protección de los pequeños productores, que la inmensa mayoría de los productores pequeños rechaza. Un Pool de siembra no puede “obligar a un pequeños productor a alquilar su campo”. Si el productor pequeños quisiera crecer alquilando la segmentación le pone un techo. Y si 30 pequeños productores dueños de sus campos deciden comprar insumos y herramientas asociándose su posición competitiva en relación a un pool que tiene que alquilar es incuestionable.

Si un pequeño productor quiere alquilar para crecer, y no quiere asociarse, entonces sí está en desventaja en relación a una gran empresa agropecuaria y necesita protección (=segmentación), condenando a todo el sector a la burocratización, el clientelismo, la confiscación de su renta.

"El sistema llamado protector o proteccionista, es la protección dada a la estupidez y a la pereza” recordaba un pequeños productor a los gritos al Diputado Viale reclamándole que “no quería que el Estado le dé una mano sino que le saque las dos de encima”.

Dr. Gabriel Vénica (MBA)

Autoconvocado Norte de Santa Fe

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