MITOS CRIOLLOS: Los Mapuches
¿Son originarios de nuestro territorio los denominados "Mapuches"?
No.
“Pueblo Originario”, es
conforme las convenciones de la O.I.T Nº 107 del 1957 y Nº 169 de 1989 y la ley
nacional Nº 23.302, aquel que vivía en nuestro territorio, o en una
parte de nuestro territorio, en el momento de la conquista y
colonización española.
Los autodenominados “Mapuches”
son araucanos (o etnias araucanizadas Borogas, huillliches y moluches) chilenos
que ingresaron (y en algunos casos invadieron militarmente organizados) nuestro
país varios siglos después del descubrimiento de América.
El nombre Mapuche
fue creado y promovido con intenciones geoestratégicas por antropólogos
ingleses y chilenos hace 100 años, con el objeto de confundir en una misma
denominación a pueblos originarios de territorio argentino (Tehuelches) y
araucanos trasandinos que ingresando, como dijimos, en tres grandes invasiones
(1822, 1830 y 1837) exterminaron a los primeros. Una cuarta oleada se produjo
después de la campaña al desierto a partir de 1885 y continúa hasta hoy.
¿Puede decirse
que para los habitantes de dichos pueblos no era válida la distinción
de fronteras entre Argentina y Chile en aquellos tiempos?
No.
Cuatro siglos después
del descubrimiento de América los aborígenes, compartían hábitos, conceptos y
límites con pueblos criollos mestizados (ellos mismos también eran
mestizos) y distinguían perfectamente a patriotas y realistas, a chilenos y
argentinos. Así lo reconoce Calfucurá cuando dice: "... estaba en Chile y
soy chileno y ahora hace como treinta años que estoy en estas tierras (Carta de
Calfucurá a Mitre de 1967 que se conserva en el museo Mitre)”.
¿Cometió Roca un genocidio?
No.
Es verdad que hubo un genocidio
de pueblos originarios. Pero no fue cometido por Roca sino por los araucanos que
ingresaron en 1822 comandados por los hermanos Pincheira (mercenarios
realistas), junto a quienes habían luchado “contra” los patriotas en la guerra
de la independencia, contando por lo tanto con
notable poder de fuego.
Se afincaron en la provincia de Buenos Aires en la zona de Carhué, Epecuén y
Guaminí, desalojando por la fuerza a nuestros Pampas Serranos o
Puelches. En 1830,
también con el apoyo de guerrilleros realistas, a cuyo frente estaba esta vez Zuñiga,
los lancearon en Sierra de la Ventana y Sauce Chico, matando a los caciques
pampas Lomo Colorado, Catrileu, Curitripay y sus hijos. A los que lograron
escapar, los masacraron sin distingos entre lanceros y chusma, varones o
mujeres, frente a la Fortaleza Protectora Argentina en Bahía Blanca.
La matanza continuó hasta que casi no quedaron rastros de los Tehuelches
originarios de nuestro territorio.
La acción de ocupación de Roca, quien actuó bajo
las órdenes del Presidente Nicolas Avellaneda, prácticamente no encontró
resistencia. Lo acompañaron geógrafos, fotógrafos y sacerdotes. Florentino
Ameghino entre otros.
Selló pactos con la mayor parte de las tribus y
solo combatió aquellas que comandadas por Manuel Namuncurá (hijo de Calfucurá y
padre de Ceferino) vivían de la empresa del malón (robo de cautivas y
ganado en Argentina para vender en Chile a cambio de fusiles Remington
entre otros artículos).
En estos encuentros hubo muertos de ambos
bandos. Calfucurá, padre de Manuel, había vencido a Mitre en Sierra Chica
y al general Manuel Hornos en San Jacinto para poner un solo ejemplo que
muestra su nivel de organización militar que nada tenía que ver con la bucólica
imagen de cándidos indiecitos de Billiken.
¿Cuántos murieron en la
Conquista del Desierto?
Además de soldados perecieron unos 1000
aborígenes en la Conquista del desierto. La cifra no es menor; pero
para no perder perspectiva histórica valen algunos datos:
-En un solo malón (Azul 1855) además de llevarse
150 cautivas y 40.000 cabezas de ganado, fueron asesinados en una sola tarde más
de 300 pobladores tan mestizos de tierra adentro como cualquiera de los
integrantes de las tribus. Malones como este hubo cientos.
-Etnias completas (como los Tehuelches
originarios de nuestro territorio) fueron exterminados por estos grupos araucanos,
razón por la cual el ejército de Roca estaba integrado por cientos de sobrevivientes
o descendientes de sobrevivientes de aquella matanza.
-Roca hizo la campaña del desierto acompañado
por quienes eran amigos y protectores de los indios -sacerdotes salesianos- que
intermediaron garantizándole buen trato por parte del gobierno argentino a
Manuel Namuncurá, quien se mostró siempre agradecido del cumplimiento de los
pactos que los salesianos garantizaron.
-El cacique Manuel
Namuncurá, fue nombrado Coronel del ejército argentino por Roca, cargo y vestimenta que ostentó orgulloso
hasta su muerte (¿genocidio?).
-Su hijo, "Ceferino", fue bautizado
por el Padre Milanesio (el intermediario con Roca), entró en la
Congregación Salesiana para ser sacerdote, siendo hoy nuestro "Beato
Ceferino Namuncurá". ¿Habría ocurrido esto de haber sido los
salesianos "cómplices de un genocidio" como insisten hoy grupos
radicalizados de izquierda que usufructúan el neologismo “Mapuche” en contra de
la voluntad de otros descendientes de la misma etnia?
-Roca actuó por orden del Presidente
Constitucional Nicolas Avellaneda y del Congreso Nacional,
no registrándose críticas, ni en esa época ni en las décadas posteriores
por ningún partido oficialista u opositor. Radicales, socialistas,
conservadores y más tarde peronistas consideraron siempre a la Conquista
del desierto como una gesta que incorporó territorio, que de otra manera sería
chileno, al Estado Argentino.
-Antes de la campaña al desierto el extremo sur
fue colonizado por Inglaterra. Un hecho poco divulgado: Usuhaia fue fundada por
misioneros anglicanos y miembros de tribus fueguinas. Al tiempo de la conquista
del desierto dependía de la corona británica y era dirigida por británicos. Se
hablaba inglés, se izaba la bandera inglesa y se administraba desde Malvinas.
Durante la conquista Roca envió 4 barcos de guerra y tomó posesión del territorio.
-Las matanzas y sangrientas batallas entre
etnias eran frecuentes (la del Senguer, Shotel-kaike, Languiñeo y del Vado de
Choele Choel, por solo citar algunas) y los malones eran constantes.
-Fallecido algún cacique sus mujeres y cautivas
eran asesinadas y enterradas con él (así ocurrió con Calfucurá). La conquista
del desierto puso fin a esta rito religioso, lo que no es óbice para que los
grupos organizados que operan en contra del estado nacional reclamen la vuelta
a las prácticas y creencias “originarias” como uno de sus principales
objetivos.
Con estos antecedentes, en justicia, Roca
debería ser llamado “pacificador”.
¿Cuál son los objetivos
de los grupos violentos que hablan en nombre de estas etnias?
Se trata de grupos de izquierda que encuentran
en la identificación con pueblos originarios el paraguas perfecto para sus
tropelías. ¿Excusa para llevar adelante sus propósitos ideológicos o artimaña
de activistas para recibir fondos, tierras
y enriquecerse? Posiblemente ambas cosas, como pudimos ver con Milagro
Sala.
En este caso concreto tienen sede en Londres y
contactos afinados en organismos internacionales donde suelen medrar a gusto
este tipo de cofradías. Los hechos hablan.
Saque Ud. Sus propias conclusiones:
Mediante el uso de la fuerza, usurpan y ocupan
campos y terrenos que no les pertenecen de propietarios privados, del
Estado o de Parques Nacionales.
Sólo a título de ejemplo: han desalojado de su
colegio Mamá Margarita en el Parque Lanín a las educadoras
Salesianas; han prohibido el culto en una capilla católica de Quila
Quina; ocuparon un hotel 5 estrellas en Piedra Pintada en Villa Pehuenia;
ocuparon el cerro Belvedere en La Angustura y la estancia Tiger Way en el lago
Quillen; piden 500 hectáreas en tierras aledañas al cerro Otto en
Bariloche y un campo de la escuela militar de montaña en el Circuito Chico;
cobran peajes para cruzar caminos públicos; han bajado de su mástil en un campo
militar nuestra azul y blanca y recientemente han quemado otra para
reemplazarla por la bandera que han diseñado a fines del pasado siglo XX y han
realizado más de 400 ocupaciones de chacras.
No podemos dejar a la historia, nuestro
territorio, ni nuestra soberanía jurisdiccional en manos de grupos de izquierda
disolventes. Por el bien de todos, especialmente por el de los miles de descendientes
de laboriosos araucanos (mal llamados Mapuches) que hoy viven pacíficamente en
nuestro país, quienes bien hacen en denunciar (como ya lo hicieron) y liberarse
cuanto antes de estos “émulos de los hermanos Pincheira”.
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